El objetivo de este proyecto ha sido el de contribuir a la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres saharauis en el ejercicio de derechos y la participación social.
Para poder desarrollar las acciones, la intervención se desarrolló en cuatro fases:
1ª Fase: Dotar de recursos y formación en gestión de recursos.
2ª Fase: Formación de formadoras en formación profesional especializada en las diferentes disciplinas que desarrollan: costura, informática y castellano.
3ª Fase: las mujeres formadas imparten la formación al resto de mujeres.
4º Fase: Formulación de nuevas propuestas.
Fase 1: Equipamiento y dotación de materiales
En primer lugar, y como necesidad para llevar a cabo los diversos talleres, se pretende suministrar de los recursos necesarios a la contraparte (asociación de mujeres de la UJSARIO) y que ellas mismas sean quien gestionen estos recursos para cada uno de los talleres correspondientes, y, dependiendo del número de participantes en la formación, hacer el correspondiente reparto. Por un lado, consideramos vital el dotar de herramientas y materiales a la propia asociación de mujeres saharauis para poder incidir en el desarrollo de sus comunidades y sobre todo de ellas mismas.
Fase 2: Formación de formadoras
A partir de esta acción inicial, el objetivo es que aquellas que quisieran y estuvieran en condiciones para ello, puedan impartir el curso de formación de formadoras, capacitando a la mujer saharaui como profesional de la propia formación.
Esto se llevará a cabo tras una selección por parte de las propias responsables del centro.
De esta manera, se empieza a introducir la fase de autogestión y auto administración, siguiendo los principios de la selección de la formación de las mujeres, para que estas puedan introducirse en el sistema formal de la formación, ampliando sus posibilidades de participación social y mejorando su realidad local. Se tratará, en definitiva, de una formación de formadoras.
Proceso de formación:
FORMACIÓN DE FORMADORAS.
La formación se centra, concretamente, en tres talleres bien diferenciados. Cada taller consta de un número de mujeres concreto, y, como hemos señalado más arriba, se seleccionarán las mujeres más capacitadas para cada uno de los talleres, cada una de las seleccionadas se especializará en uno de los talleres determinados que ponen a su disposición. En concreto tres:
TALLERES DE FORMACIÓN:
– Costura
– Informática.
– Castellano.
La formación se dará de forma análoga a los tres. En primer lugar, para el taller de costura, el equipo estará compuesto de cuatro mujeres, para el taller de informática también se seleccionarán cuatro mujeres, y, por último, el taller de castellano en el que se seleccionarán 2 mujeres. Estas 10 mujeres formadas son las que se encargarán en el futuro (fase 3) de formar al resto de mujeres.
Por otro lado, consideramos que sería conveniente dar un paso más y permitir a aquellas formadoras que puedan proseguir aprendizaje, participando, en un futuro, del resto de formaciones del que ellas no son formadoras, es decir, que en un ulterior momento, puedan beneficiarse también del resto de talleres, puesto que son ellas quienes han vivido la falta de oportunidad y ociosidad, permitiéndoles así su aprendizaje y llenando su tiempo libre en algo más fructífero, auxiliando a su emancipación y a su realización como mujeres . Además de que son ellas mismas quienes pueden incidir mejor en el desarrollo de su localidad. Y para ello, pueden aprovechar el amplio abanico que se les presenta.
La población saharaui que habita en los campamentos de refugiados en Tindouf, al suroeste de Argelia, sobrevive gracias a la ayuda humanitaria que suministra el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Hay más de 200.000 refugiados en los campamentos, el ACNUR tiene censados 156.000, y suministra alimentos para 90.000, dificultando el reparto de la ayuda de forma equitativo entre los refugiados, reduciendo la porción que corresponde a cada refugiado. Por ello, la Media Luna Roja Saharaui hace un llamamiento pidiendo ayuda a las distintas instituciones internacionales y alarmando sobre el riesgo de hambruna en los campamentos. Las asociaciones solidarias con el pueblo saharaui en Europa, especialmente desde España, e Italia en menor medida, organizan campañas de recogida de alimentos varias veces al año, para paliar la precaria situación de los refugiados y prevenir el riesgo de malnutrición en la población.
La cooperación internacional, asimismo, juega un papel determinante en la mejora de las condiciones de vida de la población refugiada. Sin embargo, el grueso la cooperación se limita, en la mayoría de los casos, a ofrecer servicios básicos a la población sin fomentar la autogestión que podría restar la dependencia de la ayuda externa a la que están condenados los refugiados saharauis. Por ello, es necesario oír las demandas de la población civil saharaui refugiada, en cuanto a las necesidades no cubiertas por los proyectos ya en marcha ejecutados por las ONGs extranjeras que operan en el terreno. Los proyectos en marcha suelen ser orientados hacía la alimentación, sanidad, educación, y, en menor medida, la formación profesional.
La alimentación, además del Programa Mundial de Alimentos que el ACNUR desarrolla, existen otros proyectos cuyo objeto es el de mejorar la calidad de la dieta del refugiado y aumentar el número de beneficiarios más allá de lo que destina el ACNUR, además del saneamiento y control del agua potable.
En la sanidad se trata de la mejora y equipamiento de hospitales y dispensarios, así como la dotación de material suficiente a los profesionales del sector, además del suministro de medicamentos a las distintas farmacias que tiene cada campamento tiene. Existen proyectos de comisiones médicas especializadas (oftalmología, ginecología, traumatología, etc.) que, en distintas épocas del año, visitan a la población refugiada para tratar el mayor número posible de enfermos y hacer intervenciones quirúrgicas cuando el caso lo requiere.
La educación primaria es la única posible, siendo obligatoria, en los campamentos, ya que para estudiar la secundaria, bachiller, así como para la realización de estudios superiores y universitarios, es necesario salir fuera de los campamentos donde existen convenios entre el Frente POLISARIO (administración local en los campamentos) y otros países como Argelia (mayoritariamente), Libia y Cuba, que acogen a estudiantes saharauis. También hay algunos estudiantes saharauis que se benefician de becas en Europa, sobre todo en España, que, en este caso, suelen ser otorgadas por instituciones autonómicas.
Los proyectos de cooperación en materia de educación, con el ministerio de enseñanza y educación de la república saharaui, en los campamentos, se limitan al suministro de material escolar y a la mejora de las instalaciones de las distintas escuelas. Sin embargo, aún existen muchas carencias en la enseñanza primaria, ya sea por la falta de profesionales capacitados para formar al profesorado (muchos emigran fuera), o la escasez de material (existe un gran déficit en libros de texto, y apenas hay bibliotecas). A pesar de las dificultades, y los pocos medios, la educación es gratuita y cubre las demandas de todos los refugiados para la escolarización de los niños y niñas saharauis.
Muchos de los jóvenes que no terminaron los estudios de secundaria se encuentran ante un panorama desolador, ya que la desocupación los conduce, por lo general, al vagabundeo siendo casi todo el tiempo libre por la falta de lugares de ocio y entretenimiento para adolescentes y jóvenes, de ahí que sea muy amplia la demanda de la formación profesional. Por lo general las chicas suelen ocuparse de las tareas del hogar ayudando a sus familias en el cuidado de los niños, en la comida, en la recogida de alimentos y el agua potable. Se trata, por tanto, de una gran dependencia del ámbito familiar, máxime cuando la falta de oportunidades afecta mucho más a las mujeres, de ahí que la oferte tiene que enfocarse más hacía ellas.
En la formación profesional existen algunos proyectos en los campamentos, aunque es reducido el número de beneficiarios en cada proyecto cuya ejecución se reduce a algún municipio concreto, o, en algunos casos, en escuelas internados lejos del área de los campamentos, lo que hace muchas veces difícil el acceso para los que no poseen un medio de transporte en caso de proyecto que no cuentan con transporte para los beneficiarios. La formación profesional va destinada, principalmente, a jóvenes y mujeres. Las y los jóvenes son el sector más vulnerable de la población, y la escasez de oportunidades de empleo y formación profesional obliga a los responsable de la administración del F. POLISARIO a buscar proyectos que favorezcan la autonomía de jóvenes y mujeres del ámbito familiar.
Para ello la administración local colabora activamente con aquellas organizaciones internacionales que deseen desarrollar algún proyecto que contribuya a la mejora de la situación de este sector de la población, al tratarse una de las necesidades más prioritarias.
Mayoritariamente son los hombres lo que se benefician de los pocos proyectos de formación profesional que se desarrollan en los campamentos, sobre todo los de automoción y carpintería, aunque también hay otros, escasos, en costura de los cuales se benefician tanto hombres como mujeres.
Los campamentos de refugiados saharauis fueron construidos en el año 1975, cuando se inició el conflicto entre el Frente POLISARIO, por un lado, y Marruecos y Mauritania, por otro lado. Éstos últimos invadieron el territorio del Sahara Occidental, antigua colonia española, después de firmar los acuerdos de Madrid en noviembre del mismo año, a través de los cuales España transfería la administración del territorio a los dos países, hecho que supuso el desencadenamiento del conflicto cuya duración sobrepasa las tres décadas.
Dicha invasión provocó un éxodo masivo de gran parte de la población civil saharaui hacía los territorios controlados por el POLISARIO, aunque al tratarse de zona militar, y visto que parte de los civiles fueron alcanzados por los bombardeos de una de los países beligerantes, Argelia cedió parte de su territorio donde fueron construidos los campamentos para poner a salvo de las bombas a los civiles que se opusieron a la invasión, cerca de la ciudad argelina de Tindouf, al suroeste del país magrebí.
Después de 16 años de enfrentamientos bélicos entre Marruecos y el F. POLISARIO, las dos partes beligerantes aceptan el diálogo auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y suscriben un plan de arreglo que contemplaba la entrada de un alto el fuego, septiembre de 1991, y la celebración de un referéndum de autodeterminación donde la población saharaui decide el futuro de su territorio, es decir, elegir la independencia o la integración dentro de Marruecos.
Para el desarrollo del plan de arreglo la ONU creó la MINURSO (Misión Internacional de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental), cuyos efectivos deberían vigilar el cumplimiento de los acuerdos que las partes en conflicto suscribieron. La fecha prevista para la celebración del referéndum era 1992, aunque fue demorando y hasta nuestros días aún no hay un acuerdo para poner fecha al mencionado referéndum, a pesar de las distintas rondas de negociaciones y los acuerdos que de dichas negociaciones derivaron, casi siempre Marruecos, con el apoyo galo, rechaza lo que había, voluntariamente, aceptado. Y hasta nuestros días la población saharaui sigue pendiente del ansiado referéndum para decidir sobre el futuro de su territorio.
La construcción de los campamentos era –y sigue siendo- provisional y desde el principio la población dependía de la ayuda humanitaria internacional para subsistir. Dicha ayuda fue suministrada por países vecinos como Argelia y Libia, que proporcionaron tiendas de campaña para la población, así como mantas y alimentos básicos, y, después, con la llegada de organizaciones internacionales, fue incrementando la ayuda para mejorar la situación de los primeros refugiados, aunque no cubría todas las necesidades de la población, especialmente en la sanidad y educación.
Debido al aumento demográfico de la población, los campamentos de refugiados saharauis fue necesario reorganizarlos haciendo una división en cuatro grandes campamentos denominados Wilayas (provincias), cada wilaya cuenta con un centro administrativo y un hospital regional, y se compone de varios distritos denominados Dairas, y cada daira se divide en cuatro barrios, y cuenta con una escuela y un dispensario. Un quinto campamento es una escuela de formación llamada 27 de febrero. Hay un centro administrativo nacional llamado Rabuni, desde donde se organiza la vida diaria de los campamentos y en el que están ubicados los ministerios de la República Saharaui, donde se almacena la ayuda humanitaria en los almacenes centrales de la Media Luna Roja Sahara, que es desde donde se reparte. También hay dos grandes escuelas-internados, y un hospital general situado en Rabuni.
Las cuatro wilayas llevan nombres de las grandes ciudades en el Sahara ocupado. El Aaiún, Smara, Dajla y Auserd. Las wilayas de Dajla y Smara se componen de siete dairas, mientras que El Aaiún y Auserd cuentan con seis dairas. El número de habitantes por wilaya sobrepasa los cuarenta mil, siendo Smara el campamento más poblado ya que desde su construcción se ubicó cerca de la única carretera asfaltada que había, que comunicaba con Rabuni y con Tindouf. En la actualidad existe otra carretera que comunica la wilaya de El Aaiún con la ciudad argelina de Tindouf. Entre el resto de las wilayas la comunicación es a través de pistas terrestres.
La organización de los campamentos de refugiados saharauis, principalmente, permite la localización de los habitantes y facilita la distribución de la ayuda humanitaria.
Actualmente la Unión de la Juventud de Saguía el Hamra y Río de Oro (UJSARIO) cuenta con centros-casas para la juventud en cada daira, además de una sede regional en cada wilaya en coordinación con la sede central de la organización en Rabuni. Los centros-casa para la juventud tienen como objeto ser un punto de referencia para jóvenes y adolescentes, especialmente mujeres, para reuniones, encuentros, además de ser aprovechados para dar talleres de lenguas extranjeras y servir como lugar para la realización de distintas actividades de entretenimiento.